El Museo de Arte Moderno presenta Graciela Iturbide. Retrospectiva (1969-2008), La muestra está conformada por más de 100 obras realizadas por la artista durante más de 40 años de carrera; y proceden de la FUNDACIÓN MAPFRE, organizadora y patrona de esta exposición en México. La curaduría es de Marta Dahó originalmente para FUNDACIÓN MAPFRE y desde el 2009, organizada y promovida por el Instituto de Cultura de FUNDACIÓN MAPFRE, se ha exhibido con gran éxito en diversas sedes en España, Suiza y Latinoamérica, como las salas de FUNDACION MAPFRE en Madrid, el Fotomuseum en Winterthur, el Centro José Guerrero en Granada, el Casal Solleric en Palma de Mallorca, La Pinacoteca de São Paulo; y después del MAM, continuará a Francia como parte del Festival de Arles. Graciela Iturbide –merecedora del mayor galardón internacional de fotografía, el premio Hasselblad 2008; entre otros muchos–, nos ofrece en esta muestra un recorrido de imágenes en ocho núcleos temáticos: Seris: los que viven en la arena, Juchitán, México: rituales fiesta y muerte, Otras fronteras, En el Nombre del Padre, El Jardín Botánico, Paisajes y objetos, El Baño de Frida. Sus fotos, nos abren a un mundo visionario y poético, de gran contemporaneidad e impacto visual; a través de su mirada viajera, estampada en los sitios más recónditos del mundo. Graciela Iturbide, por la curadora Martha Dahó. “Graciela Iturbide inicia su trayectoria como fotógrafa a finales de la década de los sesenta, tras ingresar en el Centro de Estudios Cinematográficos de México. Es allí donde, de la mano de Manuel Álvarez Bravo, el gran maestro de la fotografía mexicana, descubre en la cámara fotográfica su auténtico medio de expresión creativa. Su aprendizaje con Álvarez Bravo es sin lugar a dudas fundamental y supone, más que una influencia formal, la transmisión de un legado, de una sensibilidad basada en valores artísticos vinculados al arte moderno y a la cultura popular mexicana. Desde sus primeras instantáneas, Graciela Iturbide se muestra en posesión de una capacidad fuera de lo común para captar aspectos que la representación fotográfica tiende a eludir. Su proceso creativo arranca de una observación participativa para convertirse luego en una continua exploración vital que integra lo vivido y lo soñado en una compleja trama de referencias históricas, sociales y culturales. Para Iturbide fotografiar es, ante todo, un pretexto para conocer. La intensidad de su obra proviene en gran medida de su concepción de la fotografía basada en el valor de la experiencia. Asumiendo la propia subjetividad, despojando la fotografía de su hipotética verdad totalizadora, Iturbide documenta y fabula poniendo de manifiesto algunas de las paradojas en las que vivimos inmersos. Su singular forma de mirar se hace patente desde sus primeros proyectos, en los que Graciela Iturbide nos confronta con cuestiones que rebasan las fronteras de un ámbito geográfico específico: la fragilidad y la difícil subsistencia de los sistemas socioculturales que conviven bajo otras culturas hegemónicas, la presencia del rito en la gestualidad cotidiana o la dimensión simbólica de paisajes y objetos. Esta exposición retrospectiva, organizada por la FUNDACIÓN MAPFRE y el Museo de Arte Moderno de México, propone un viaje transversal por la obra de Graciela Iturbide que, partiendo de sus primeras fotografías se remonta hasta sus imágenes más recientes. Sin atender a un estricto orden cronológico, sus proyectos más representativos quedan enlazados a aquellas temáticas que mejor definen su poderoso imaginario creativo. “ Marta Dahó Curadora invitada Seris: los que viven en la arena Con este proyecto sobre los indios Seris del desierto de Sonora, que realiza en 1979 por encargo del Instituto Nacional Indigenista, Graciela Iturbide suscita una reflexión que rebasa las circunstancias específicas de esta comunidad: la escisión que produce vivir entre dos sistemas de referencias culturales casi antagónicos. Para apreciar esta escisión basta con fijarse en las miradas de los retratados, en el porte de sus cuerpos erguidos, altivos, elegantes. Todo un compendio de actitudes que, más allá de la idiosincrasia de sus ropas, revelan su respuesta ante la injerencia de una cultura ajena que asumen, no sabemos si con estoicismo o con distante resignación. Aquí, como en su siguiente proyecto realizado en Juchitán, Iturbide adopta una posición rompedora respecto a los esquemas y principios unívocos establecidos a la hora de fotografiar una cultura que ha sido estigmatizada. Juchitán Su visión de las culturas autóctonas de México, sella la iniciación al mundo de la fotografía de Iturbide. Realizado entre 1979 y 1986, Juchitán de las mujeres es sin duda el trabajo que deja una huella más profunda en su carrera y la consagra a nivel internacional. Juchitán (Istmo de Tehuantepec, Oaxaca) es el bastión de la cultura zapoteca y el símbolo de la resistencia indígena, pero es también un mundo cuyas normas sociales son en aquellos tiempos algo atípicas. Son las mujeres quienes gestionan el mercado, al que no tienen acceso los hombres, exceptuando los muxés, homosexuales travestidos que están integrados en la comunidad. En este proyecto Iturbide, da cuenta de su experiencia con las gentes de Juchitán, especialmente con las mujeres. Lejos de ofrecer una visión idealizada o anecdótica de lo indígena, se sirve de su sentido del humor y de la ambivalencia del medio fotográfico para adentrarse en la complejidad de un orden sociocultural distinto a través de unos retratos llenos de complicidad. México: rituales fiesta y muerte Desde finales de los sesenta hasta la década de los años ochenta, en la obra de Iturbide predominan los retratos, fruto de los encuentros casuales en sus paseos por los mercados de Ciudad de México, así como en los numerosos viajes que emprende a las pequeñas poblaciones rurales. Es característico de esta etapa su interés por la atmósfera teatral que impregna las fiestas populares mexicanas. Se trata de celebraciones en las que confluyen los ritos católicos y las tradiciones indígenas en una gran parafernalia carnavalesca. En fotografías como Jano se puede advertir, además, como Iturbide se aleja de las escenas de acción para enmarcar a las personas individualmente, eliminando cualquier detalle que pudiera resultar anecdótico o efectista. De esta forma, concentra toda nuestra atención en los personajes y transmite la dimensión trágica que revelan las máscaras o el disfraz. Esta intensidad aflora también en imágenes como Novia muerte, donde no sólo pone de relieve la ironía con la que el imaginario mexicano representa la muerte, sino que acentúa el carácter surrealista de estos ritos sociales. Otras fronteras La esfera a partir de la cual Iturbide inicia su diálogo con el mundo es principalmente la de la vida cotidiana de los campesinos y comunidades indígenas. Son ellos sus primeros interlocutores, ellos quienes le entregan las llaves de acceso a un mundo todavía ajeno para ella. Pero su exploración, que es a la vez una búsqueda identitaria, no queda relegada a su propio país. En Estados Unidos, por ejemplo, fotografía algunos miembros de una comunidad de mexicanos sordomudos en los Ángeles; en la India, es la mirada intensa de unos travestis lo que atrae su atención. Su curiosidad y deseo de conocer distintas formas de diversidad cultural la convierte en una infatigable viajera, siempre dispuesta a dejarse atrapar por la mirada cómplice de las gentes que ha ido encontrando a lo largo de sus periplos por el mundo. En el Nombre del Padre Realizado en 1992, este proyecto muestra la visión de Iturbide sobre el sacrificio de centenares de cabras que cada año se celebra en las montañas mixtecas de Oaxaca desde los tiempos de la conquista española. Partiendo de la premisa de que el sacrifico no es sino la repetición de un mito cosmogónico, una escenificación del acto primordial de la creación del mundo, En el nombre del padre no es ningún reportaje al uso sobre las costumbres locales, sino un verdadero tour de force visual sobre la muerte, la sangre y la espiritualidad. A partir de la documentación del acontecimiento, Iturbide ahonda en la pesada carga histórica que subyace a la violencia de estos sacrificios evocando también resonancias bíblicas, tal y como revela el título de este trabajo. El Jardín Botánico En 1998 Iturbide empieza a fotografiar el Jardín Botánico de Oaxaca. Publicadas más tarde en su libro Naturata, en estas imágenes aflora una naturaleza domesticada que adolece de una profunda vulnerabilidad. En un jardín cuyas especies autóctonas no pueden sobrevivir si no es gracias a especiales cuidados y atenciones, Graciela Iturbide parece escenificar una unidad fracturada, el equilibrio perdido de ese ecosistema tan frágil entre naturaleza y cultura. Mito primordial, realidad inmediata o proyección utópica, la historia del jardín es también la historia del hombre. Y el jardín de Iturbide destila fragilidad. Estructuras que sostienen, cuerdas que amarran, paños que protegen, zanjas, reglas, etiquetas…; se respira un cierto aire hospitalario. La reflexión no es sombría, sino sutilmente nostálgica. Paisajes y objetos Desde finales de los años 90, Graciela Iturbide muestra una clara predilección por el paisaje y objetos encontrados al azar. La figura humana, tan frecuente en su obra anterior, ha ido desapareciendo paulatinamente de su visión, ahora mucho más contemplativa y ensimismada. Son imágenes que parecen responder a una nueva visión, a un nuevo ciclo en la vida de Iturbide. En esta etapa los viajes se suceden, pero hay dos destinos que adquieren especial relevancia. El primero es el sur de los Estados Unidos. Los paisajes desolados, algunos incluso metafísicos, que se va encontrando, transmiten una sensación de distancia. Se trata de lugares en los que también es visible la huella del hombre, lo que acentúa todavía más el sentimiento de ausencia. En 1998, tan sólo dos meses después de su recorrido por Estados Unidos, realiza su primer viaje a la India. “Empecé a ver cosas –comenta – en las que nunca antes me había fijado. Estaba en una búsqueda nueva de paisajes, objetos, totalmente contraria a mi actitud de antes que se fundaba en el contacto con la gente”. En la India también se producen algunos encuentros y retratos, pero lo que se abre ahora con fuerza es una nueva dimensión que aflora en su manera de fotografiar el paisaje, objetos encontrados al azar y, sobre todo, los pájaros. Es en India donde fragua su idea de dedicarles un libro que publicará unos años más tarde. El Baño de Frida En 2006 recibe el encargo de fotografiar uno de los baños de la casa-museo de Frida Kahlo que había permanecido cerrado desde su muerte en 1954 por deseo expreso de su marido, el pintor Diego Rivera. La dirección del museo no decide averiguar qué se halla en su interior hasta el 2004 y, antes de empezar a clasificar y catalogar su contenido, invitan a Iturbide para que lo fotografíe. Nadie sabe a ciencia cierta qué razones llevaron a Rivera a decidir la clausura del baño. Quizás fuera simplemente la necesidad de preservar un lugar íntimo de la artista, como lo atestiguan los objetos personales allí encontrados: corsés, la pierna ortopédica de Frida y unas muletas, carteles políticos de Lenin y Stalin, medicinas y otros objetos desgastados por el tiempo que Graciela Iturbide fotografía como reliquias incorruptas de un santuario profanado. Consciente de la devoción que despierta este icono de la cultura mexicana, Iturbide se acerca a los objetos y enseres de la pintora reinterpretándolos desde su propio espacio poético. En palabas del director del MAM, Osvaldo Sánchez: “Pocos fotógrafos de este siglo pueden presumir de un bagaje visual tan sofisticado, y de tanta precisión como Graciela. Cualquiera de sus hojas de contacto es toda ella, cuadro por cuadro, obra mayor; y encierra una contribución sin acomodos al patrimonio visual de México. Su average como fotógrafa es asombroso. Ese talento, y esa energía en alerta para siempre ver más, sigue siendo sorprendente a cuarenta años de sus primeras grandes fotos.” En palabras de la curadora, Marta Dahó: “Es un honor y un placer presentar esta exposición en el Museo de Arte Moderno de México. Una de las cosas más significativas de la obra de Graciela Iturbide es que sus fotografías nos enseñan a mirar a partir de nuestra imaginación, sin dejar por ello de despertar nuestro sentido crítico. Son fotografías intensas, hipnóticas, fascinantes y, a la vez, están profundamente asentadas en lo real: evocan la fragilidad de las culturas autóctonas, la diversidad cultural, el ritual entendido desde una dimensión humana y cotidiana que trasciende culturas y tradiciones, la pérdida, la ausencia y muerte. Son aspectos de la realidad cuya complejidad suele eludir la representación fotográfica y, sin embargo, en su obra el objeto o el acontecimiento y su dimensión poética están siempre intrínsecamente entrelazados.” Agradecimientos: Graciela Iturbide Nicolás Echevarría Pablo Jiménez Burillo FUNDACIÓN MAPFRE Mónica Fuentes FUNDACIÓN MAPFRE Nadia Arroyo FUNDACIÓN MAPFRE Créditos de la exposición: Curadora invitada: Marta Dahó Coordinación curatorial: Luisa Barrios Diseño museográfico: Rodrigo Luna Diseño gráfico: Vladimir Zambrano
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Paseo de la Reforma y Gandhi s/n Bosque de Chapultepec C.P. 11560, Ciudad de México. | |
Para adolescentes, adultos, adultos mayores | |
Del 2 de abril de 2011 al 19 de junio de 2011 Mar Mié Jue Vie Sáb Dom | |
de 10:00 a 17:00 hrs. | |
Incluido en el precio de entrada al museo |
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Museo Nacional de Antropología
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
09:00 - 18:00
Incluido en el precio de entrada al museo
Museo Nacional de Antropología
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
09:00 - 18:00
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Museo Jumex
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
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Incluido en el precio de entrada al museo
Museo de Arte Moderno
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
10:00 - 17:00
Incluido en el precio de entrada al museo
Museo de Arte Moderno
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
10:00 - 17:00
Incluido en el precio de entrada al museo
Museo de Arte Moderno
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
10:00 - 17:00
Incluido en el precio de entrada al museo
Quinta Colorada
Para adolescentes, adultos, adultos mayores
07:00 - 08:00
Entrada Libre
Mariposario
Para toda la familia
10:00 - 17:00
Gratis comprando tu boleto de entrada en linea
Castillo de Chapultepec
Para toda la familia
09:00 - 16:30
Abierta al público para consulta en sala.
Zoológico de Chapultepec
Para toda la familia
00:00 - 23:59
Entrada Libre